222. El expresidente Alan Gabriel García {AGG} se despachó en el último verano limeño sobre un Francisco Pizarro de historia falseada, o sea con una historia que tergiversó la iglesia alemana alias católica, la verdadera conquistadora de América Latina (en nombre del llamado 'sacro imperio romano-germánico' y utilizando como meros alfiles a España y Portugal).
La mejor manera de evadir la desinformadora influencia del códice eclesiástico en América Latina es todavía leer libros escritos originalmente en inglés.
Una pequeña muestra de Verdad:
Pizarro no fue "criador de puercos" sino -al igual que Colón- un judío culto y despojado de bienes (por la denominada Inquisición que en años recientes cambió de nombre a 'congregación para la doctrina de la fe' y que siempre estuvo dirigida por alguien allanado a los intereses prusianos -vale decir alemanes- como p.ej. el bávaro Ratzinger) que tuvo que convertirse al catolicismo para sobrevivir.
Por tanto, lo que sí recibió Pizarro es el consiguiente apelativo de "marrano" con el que se calificaba despectivamente a todo judío que se convertía al catolicismo para salvarse de la hoguera. Un caso similar y notorio fue también el de Miguel de Cervantes, autor del realmente imprescindible Don Quixote.
Pizarro, como muchos coetáneos, se consideraba un cripto-judío (aparentaba conversión pero mantenía en privado sus tradiciones), sabía que los aliados reyes de los pueblos Inka (con sede en Cuzco) y Yaru (con sede en Huánuco) no le veían como enemigo debido a la cosmovisión similar que compartían, se opuso a que se destruya la provisión de anchovetas (contabilizada minuciosamente con kipus) hacia todo el Tawantinsuyo, etcétera, etcétera, etcétera.