191. En setiembre último -más por dar gusto a una nueva amiga- fui por vez primera a la feria culinaria que anualmente se realiza en Lima desde que hace 4 años fuera concebida por iniciativa del ahora internacionalmente famoso chef peruano Gastón Acurio. Una vez allá y luego de permanecer varias horas, gané casi exactamente la misma impresión que obtuve visitando diversos locales de Gastón en Lima (incentivado por el esnobismo criollo de algunos familiares): Consumo de potajes no siempre bien logrados, aunque ciertamente poco sanos y a precios notoriamente por encima del promedio.
En cuanto a lo bien logrado y precios elevados hay una serie de restaurantes en Lima que ofrecen una mejor relación costo/ beneficio (sabor y tamaño de porción versus precio); pero creo que el tema preponderante es que si bien la cocina peruana -gracias a nuestra biodiversidad y mestizaje de alcance universal- es una de las mejores en sazón, seguirá siendo dañina si continúa teniendo como ingrediente central a res, cerdo, pollo, pavita, peces claros, pulpo, conchas negras, etc y no sobre todo a peces oscuros (empezando por anchoveta o sardina peruana) y luego a langostinos, calamares, choros, machas, cordero, cabrito, cuy, pato, etc.