175. Si se confirma -como se vislumbra- que el triunfador de las elecciones peruanas 2011 es Ollanta Moisés Humala (OMH), quisiera a través de este artículo alcanzar cuanto antes un consejo que tiene que ver tanto con él como con mi amigo Pedro Pablo Kuczynski (PPK).
No conozco personalmente a OMH; pero procuraré dar pie a mi propósito a través de un familiar que sé tiene acceso directo a él.
Con PPK aún no he hablado al respecto; pero procuraré hacerlo muy pronto a partir de este lunes 6 de junio.
Mi consejo tiene que ver con el mayor bienestar de Perú (que ambos con seguridad propugnan) y el afán de que no se apague el progreso en democracia por el que hemos empezado a discurrir desde hace casi exactamente 10 años.
Como seguidor de PPK tengo la convicción de que él (a entendimiento de gente sumamente influyente y bienintencionada en Perú y a nivel global) era el candidato más capacitado para resolver justamente los problemas que afligen a nuestro país desde el inicio de su vida republicana.
Siendo OMH el virtual elegido con base en el proceso democrático del país y teniendo él como principal propósito resolver con urgencia y sin corrupción las demandas postergadas de la mayoría de peruanas y peruanos, lo que necesitamos es constituir un tándem que una a ambos líderes.
Un antecedente magnífico para mi razonamiento lo provee el ex presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, a quien OMH prefirió emular para esta contienda con el consiguiente mayor apoyo de nuestro electorado. Cuando Lula asumió su mandato en 2002, tomó la sabia decisión de nombrar como presidente del Banco Central do Brasil (BCB) a un brillante opositor, quien a su vez era un economista brasileño de renombre mundial: Henrique Meirelles. Aquella decisión fue crucial para que Brasil enrumbe por el camino del éxito económico que el mundo admira. Éxito que -para ser honestos- sólo ha sido opacado por el elevado grado de corrupción del aún gobernante Partido dos Trabalhadores (PT), lo cual naturalmente no debe ser imitado ni por Gana Perú ni por Perú Posible ni por ningún movimiento político peruano.
Entonces, mi consejo es de que OMH y PPK se reúnan a la brevedad con el objetivo de estudiar la factibilidad feliz de que PPK se convierta en el Primer Ministro y Ministro de Economía de su gobierno.
Estoy seguro de que esta decisión sería apoyada por Alejandro Toledo (no solo en aras de una amistad que él no tardará en retomar con PPK) y Mario Vargas Llosa.
Sé que Pedro Pablo aprendió a amar a Perú desde la cuna gracias a la influencia de sus filantrópicos padres. Por tanto creo que no tardará en evaluar positivamente lo planteado y estará llano a apoyar -ciertamente por amor a Perú- al éxito de un gobierno encabezado por Ollanta Moisés.