135. Ahora que Mario Vargas Llosa ha recibido el hace años merecido Premio Nobel de Literatura, muchos conspícuos seguidores de la eufemísticamente llamada "corrida" de toros han salido a distintas palestras mediáticas para resaltar la afición de nuestro brillante paisano por esas "faenas"...
Es cierto que ya en 2004 Mario escribía en el diario El País una ampulosamente argumentada defensa de la costumbre de orígen ibérico y como para no dejar duda lo volvió a hacer este 2010 a raíz de que se hiciera conocida la prohibición en Cataluña; sin embargo el aprecio que por él sentimos nos llama a alcanzarle la invocación -seguramente en espíritu común con los nórdicos que pronto le estarán entregando con toda ceremonia el anunciado galardón- de que se pueden encontrar una serie de justificaciones en torno a la crianza de los magníficos toros de lidia y de que son algo endebles las razones de los hedonistas críticos que después ingieren carne de una u otra especie pero lo que no es éticamente tolerable es que persistamos en validar una tradición que ha hecho de la tortura un espectáculo...